Desapareces un día y pasas una eternidad sin dar noticias, como si quisieras que nadie supiera de ti.

Y así es, nadie tiene noticias de ti hasta pasado bastante tiempo; ni qué es de tu vida, ni cómo estás, ni con quién estás, ni si sigues viva.

Hasta que vuelves a dar conmigo, como si todo este tiempo no hubiera pasado, como si nada hubiera ocurrido en esta eternidad.

Y actúas como siempre. Y te acercas como siempre.

Y estamos como siempre, geniales, estupendos, radiantes.

Y ocurre lo de siempre.

De nuevo, te alejas como siempre. Tras unos días o semanas como siempre, te alejas.

Y estoy harto de que todo sea como siempre…

Demasiadas ideas, proyectos e intenciones…
Un único camino…
Una sola oportunidad…
Un solo resultado…

Mira fíjamente cómo pasa…
Obsérvala…
Su belleza tiene algo de sobrenatural, algo que te deja boquiabierto, atónito, sin poder reaccionar a su paso.
Tu palabra se entrecorta al intentar dar respuesta a la suya. Es lo que piensas que sucederá si te decides a hablarle.

Es nueva en la facultad. Se mueve por ella con la lentitud normal de su inexperiencia.
No se hace notar y eso es algo que a mí me llama especialmente la atención.

Intento recabar información sobre ella… nada del otro mundo, con su nombre me bastaría… es lo único que de momento necesito…

Creo que ha llegado el momento de comprobar si mi voz efectivamente se entrecortará o no…

El hombre fuerte solo será así una vez haya aprendido a confiar en sí mismo, a desconfiar de los demás y a encontrar una pasión que le dure por siempre.

Todo se transforma.

Todo puede cambiar.

Eso sí, si uno quiere… si no, es imposible y las casualidades no existen…

Piénsalo…

Persistencia es esa piedra en la que después de caer dos veces, sigues intentando saltarla una y otra vez, hasta que al final lo consigues…

Eso haré, persistir… las oportunidades no llegan solas si no que hay que salir a buscarlas, es la única forma conseguir mi propósito… aunque no sepas que ese propósito eres tú y tan solo lo intuyas…

No entiendo tantas cosas, tantas circunstancias que se dan cada día, tantas situaciones vividas…
No entiendo quien desaprovecha miles de oportunidades sin ni siquiera valorarlas.
No entiendo quien muerde la mano del que le da de comer.
No entiendo deja pasar un tren tras otro esperando no se qué.
No entiendo a los indecisos, ni a los dubitativos, ni a los vacilantes.
Tampoco a los de personalidad cambiante.
No entiendo a quien desaparece de tu vida sin dar más explicaciones.
No entiendo el narcisismo.
Ni el egocentrismo
No entiendo la verdad sin mentira.
No entiendo el silencio, ni lo que conlleva a la hora de una decisión.
No entiendo el cambiar de rumbo una y otra vez sin una causa justa.
No entiendo el no. Tampoco el simple sí.
No entiendo las decisiones tomadas a la ligera.
No entiendo a la sociedad de hoy en día.
No entiendo la realidad.
No entiendo la amistad sin amor, ni el amor sin amistad.
No entiendo a las mujeres.
No te entiendo.

Por no entender, ni me entiendo yo mismo…

La ignorancia del hombre es su debilidad y a la vez lo que le hace valiente para continuar.

Antonio Hdez.

No sabía que había hecho algo mal.
Tan solo permanecí inmóvil.
Atónito. Solo eso.
No pensé que fuera peor que actuar.
Solo seguí caminando, sin pensar, sin girarme.
Andando. Como el que nada ve. Sin rumbo.
Sin dirección. Pero debo parar…
Es el momento de parar, de ver que tengo por delante. Ver a qué me enfrento. A observar si el camino seguido es el correcto. O si es conocido. De cambiar si es necesario.
Es ahora. Debo girarme. Debo ver qué he hecho. Qué ha ocurrido a mi paso. Qué he dejado atrás obcecado por la furia del momento. Qué tren ha pasado y he perdido.
Debo valorarlo. Si trae cuenta lo perdido, recuperarlo. Pero sin dar un paso atrás. Sin volver por el camino. Luchar por ello si es necesario. Hasta la última gota de sangre por ello.
Estoy dispuesto a todo. A recuperar lo que me pertenecía. Los trenes a veces solo pasan una vez. Iré a buscarlo si es que no vuelve. Sin descanso.

Ahora.
Solo necesito una cosa. Lo más difícil de conseguir. La luz que me de la señal. La que ilumine ese nuevo camino que recorrer en busca de lo pasado. Y esa, solo la puedes encender tú.

A veces sueño con ser un Peter Pan… un simple niño sin preocupaciones…
Añoro muchos de esos momentos en los que solo se le veía y comprendía el lado bueno a las cosas…
Pensar como pasaba cada día, sin importar el anterior, sin que importara que ocurrió o que dejó de ocurrir.
Añoro aquella inocencia, tanto propia, como ajena. La ausencia del sentido del ridículo. El actuar sin perseguir un fin.
Añoro aquellas amistades inocentes, que solo eran eso.

Pero en realidad lo que más añoro es poder decir lo que siento por alguien sin miedo a lo que puedan sentir por mí…
Añoro el no confundir lo que siento…

Y si lo añoro, es porque ahora lo hago…