Desapareces un día y pasas una eternidad sin dar noticias, como si quisieras que nadie supiera de ti.
Y así es, nadie tiene noticias de ti hasta pasado bastante tiempo; ni qué es de tu vida, ni cómo estás, ni con quién estás, ni si sigues viva.
Hasta que vuelves a dar conmigo, como si todo este tiempo no hubiera pasado, como si nada hubiera ocurrido en esta eternidad.
Y actúas como siempre. Y te acercas como siempre.
Y estamos como siempre, geniales, estupendos, radiantes.
Y ocurre lo de siempre.
De nuevo, te alejas como siempre. Tras unos días o semanas como siempre, te alejas.
Y estoy harto de que todo sea como siempre…